Hemos denunciado repetidas veces la total dependencia del petróleo en los planes energéticos del Gobierno de Canarias, una factura de 1.200 millones de euros anuales, y el nulo interés por el ahorro y por el desarrollo de las energías renovables. Ciertamente, nos "da la impresión de que estamos gobernados por el enemigo".

Hemos denunciado en repetidas ruedas de prensa el empeño del Gobierno de Canarias por defender "los intereses privados de los empresarios de siempre", al aprovechar los representantes gubernamentales los muchos apagones de Tenerife para impulsar la construcción de nuevas centrales térmicas y con ello la dependencia de los combustibles fósiles.

El 97 % de la energía en Canarias proviene de estos combustibles, ya que las islas están a la cola en España en el desarrollo de las energías renovables. El agotamiento progresivo del petróleo y el alza de los precios a medio plazo hace que apostar por nuevas centrales que como mínimo tardarán diez años en entrar en funcionamiento sea "una temeridad económica", una "huida hacia adelante".

Nosotros hemos denunciado la ausencia de planificación energética desde que, hace 20 años, Canarias era líder en energías renovables y ahora ha sido adelantada por todas las comunidades autónomas; además parece que quiere seguir aumentando su dependencia energética.
Tras el último cero energético, la solución magistral es el gas, único argumento que les queda para justificar la regasificadora de Gascan y la construcción del puerto de Granadilla. En el accionariado de Gascan aparecen los empresarios de siempre, como Plasencia, Rodríguez de Azero o Lopesan; lo que hace dudar de que el Gobierno de Canarias esté defendiendo el interés general con sus proyectos.

"Da la impresión de que estamos gobernados por el enemigo", porque se renuncia a planes de ahorro y se ponen trabas a diversificar el suministro con las energías renovables, pese al desarrollo y diversificación económica que suponen en un momento de crisis de modelo.

Hemos manifestado que "la mejor energía es la que no se consume" y aseguramos que aplicando planes de eficiencia energética se conseguiría un ahorro del 30 por ciento, equivalente a 200 millones de euros en factura petrolífera. Si además se consiguiera que el 20 o el 30 % del suministro procediera de energías renovables, como en otras comunidades, "todo el argumentario se les cae".

Pero eso no les interesa ni al Gobierno canario ni a la multinacional Unelco-Endesa, que ejerce el monopolio en el suministro, ni a los proveedores de petróleo, Cepsa, Disa y en el futuro Gascan. Al respecto, hemos denunciado que todos los agentes económicos que intentan apostar por la energía eólica o la fotovoltaica encuentran frenos administrativos injustificables, como en los frustrados intentos para utilizar los techos de los invernaderos para instalar placas de energía solar, lo que redundaría en ventajas para el sector agrícola.

"Nadie está reclamando un 100 % del uso de renovables y el abandono de los combustibles fósiles de hoy para mañana", sino un planificación y una actitud activa a favor de las renovables para conseguir un sistema equilibrado. El sistema que se está construyendo en El Hierro, basado en una central hidroeléctrica alimentada por la fuerza del viento y respaldada por una central basada en el petróleo para casos de necesidad, es replicable a nivel comarcal en otras islas como Tenerife.

La extensión de parques eólicos, huertos solares sobre tejados en los polígonos industriales y otras fuentes de pequeño tamaño descentralizadas en los hogares deben marcar el camino de la política energética.