UN ANÁLISIS SOBRE EL TRANSPORTE EN CANARIAS

Necesitamos movernos, continuamente, es una inquietud que nos aborda cada día porque necesitamos satisfacer necesidades constantes y esto nos obliga a plantearnos cual es la forma más eficaz, óptima, y económica que tienen los ciudadanos para moverse.

Evidentemente, para quienes nos preocupa este asunto y tenemos la obligación de asumir estos retos, tratamos de buscar estudios que orienten sobre cómo nos movemos en diferentes países y ciudades europeas; y, sin dudad, una premisa a tener en cuenta es que la sociedad, cuanto más lejos tiene que desplazarse, más rápido es el medio de locomoción que usamos.

En términos generales, usamos el coche para el 80 % de nuestros desplazamientos y el trasporte público para el 16 % de ellos, lo que produce una consecuencia directa en la forma en que ejecutamos las infraestructuras necesarias para satisfacer estos viajes, o sobre la cantidad de vehículos o el parque móvil existente - que por cierto sigue en aumento y ya nos encontramos entre las Comunidades Autónomas con más densidad de vehículos por metro cuadrado - también influye en la morfología de las ciudades, el medio ambiente y por tanto, en la calidad de vida en nuestras ciudades y pueblos.

Si analizamos la situación actual de la isla de Tenerife, se desprenden datos como que existen 2,2 vehículos por cada tres habitantes; es decir, existen casi tantos coches como personas!, un verdadero problema en cuanto a sostenibilidad en una isla de 2074 km2.

A la par de este aumento frenético del parque móvil, se ha desarrollado una red de carreteras y autopistas que ha provocado una dispersión de los núcleos poblacionales y que a su vez, ha incrementado los desplazamientos motorizados. Todos los estudios sobre pautas de desplazamiento revelan que el tiempo medio de transporte y el número de viajes por persona son constantes en el tiempo y en los distintos grupos sociales y sociedades de todo tipo.

Frente a esta problemática, surge el concepto de la movilidad sostenible como remedio inmediato y no de fácil solución debido a esta cultura del coche innata en nuestra sociedad. El objetivo de este nuevo concepto es contrarrestar los efectos colaterales del crecimiento tanto de los vehículos privados como de las distancias a recorrer. Estos efectos se reflejan sobre todo en la calidad de vida de las persona y en el medio ambiente. Por tanto, el objetivo de la movilidad sostenible es reconciliar la movilidad con una alta calidad de vida urbana y la protección del medio natural, pero también contribuyendo a la equidad social y al desarrollo económico.

Si las condiciones son adecuadas, al menos se podrá conseguir cierta movilidad con poco tráfico, poco dinero, poco consumo de recursos y poco daño ecológico. Esto se puede lograr posibilitando que las personas satisfagan sus necesidades localmente, desplazándose a pie, en bicicleta, en guagua, o cualquier medio de locomoción similar.

Esto significa que se tenga en cuenta y se facilite la necesidad de moverse de todo el mundo, pero a un coste inferior, con menores riesgos y con un consumo menor de recursos. En otras palabras, la idea que se esconde detrás del concepto de movilidad sostenible es la de responder a las necesidades de todas las personas y a la vez reducir el tráfico.

Las pautas de movilidad del futuro son el reto de las políticas actuales de transporte. Debido a que las redes de transporte y su infraestructura tienen una larga vida útil, los errores y los aciertos que se cometan acompañan a los ciudadanos durante muchos años. Por consiguiente, es fundamental empezar ya poniendo en práctica una estrategia sostenible de transporte y adaptando medidas y proyectos individuales a las necesidades específicas de los distintos colectivos. Con el fin de garantizar una movilidad sostenible para todos, deben crearse las condiciones apropiadas de infraestructuras y servicios de transporte, estructura urbanística e información para poder ofrecer a los colectivos objetivos y soluciones personalizadas y alternativas al tráfico individual motorizado.

Dentro de dicha estrategia se incluye fomentar que las personas caminen, monten en bicicleta y utilicen el transporte público, así como crear nuevos servicios de transporte flexibles, como el sistema de coche multipropiedad, el transporte urbano de mercancías y el reparto de mercancías pequeñas. Como los modos de transporte deben ser considerados unos en relación a otros, es preciso adoptar un enfoque multimodal e integrado. Ello significa que el acceso a modos sostenibles de desplazamiento debería mejorarse y ampliarse mediante el establecimiento y la facilitación de conexiones con otros modos de transporte (intermodalidad).



Gestión y planificación del transporte en Tenerife


El estudio que el Cabildo de Tenerife hace para planificar esta problemática de transporte en la isla, y aún en desarrollo para el periodo 2007-2027, se llama Plan Territorial Especial de Ordenación del Transporte (PTEOTT), y en él se contemplan los servicios de transporte terrestres que pueden tener un carácter regular, por lo que se consideran tanto guaguas como sistemas ferroviarios y otras alternativas de transporte. Determinará los corredores, itinerarios previstos, la ubicación y compatibilidad de los distintos modos de transporte garantizando la continuidad de los viajes que se realicen.

Pues bien, llevamos tres décadas con el mismo planteamiento y organización del servicio de guaguas en la isla. Localizamos los problemas pero no sabemos buscar la solución más eficaz, óptima, y compatible con las circunstancias actuales en la red de comunicaciones. Apostamos por la reducción del vehículo privado y seguimos construyendo carreteras; planteamos una red ferroviaria de un altísimo coste, a la vez que estamos ampliando autopistas. En definitiva, la isla tiene más kilómetros cuadradros de carreteras que cualquier territorio español en proporción a sus habitantes. ¿Realmente sabemos planificar estos problemas? A nivel insular, comarcal, municipal, ¿se está haciendo bien el trabajo?


Un sistema de transporte intermunicipal


Un sistema de transporte intermunicipal, que es por donde se debería empezar, o así lo creemos, requiere de una planificación previa que garantice la comunicación entre todos los núcleos de población de cualquier municipio de la isla. Es una necesidad que a veces se nos escapa debido a la cultura del coche a la que estamos acostumbrados.

El municipio de Ganadilla no es una excepción . Hasta el día de hoy, este municipio dispone de un servicio de guagua de la compañía Titsa consistente en la unión de los núcleos de El Médano con el de Granadilla Casco, a través de la línea 116 procedente de Santa Cruz, y a la inversa. Con esta línea, con una frecuencia de salida de 2 horas en las franjas intermedias del día, se garantiza que el principal eje de comunicación esté cubierto, desde la costa, hasta la parte alta del municipio. Pero, ¿qué ocurre con el resto de la población que no tiene capacidad ni posibilidad de moverse a través de un servicio público eficaz? ¿Por qué existe tan mala planificación o planificación obsoleta e inexistente por parte de la compañía que regenta este servicio? Entendemos que desde décadas pasadas se implantó una red de comunicación de servicio público de poca eficacia y que, a día de hoy, sigue existiendo dicha red sin adaptarse a los nuevos tiempos ni a las nuevas circunstancias que rigen en la sociedad actual. ¿No sería más lógico, a nivel insular, replantearse toda esta red de guaguas?

En Granadilla de Abona, con aproximadamente 40.000 habitantes, la población se reparte en tres grandes núcleos, San Isidro (18.000), el Médano (7.200) y Granadilla de Abona (6.000). El resto de de vecinos se reparten entre Los Abrigos (3.800), Charco del Pino (2.500), Chimiche (820), El Salto (770), Los Blanquitos (460), El Desierto (370), Cruz de Tea (320). Es decir, que los tres mayores grupos de población se encuentran dispuestos en línea recta desde la costa a la cumbre, y el resto se dispersan alrededor de la misma formando casi una cruz imaginaria que podría servir de referencia como herramienta de planificación. Se necesitarían tan solo dos guaguas y dos microbuses para cubrir toda la demanda de todo el municipio con una frecuencia de paso aceptable, durante todo el día. Tan solo Los Abrigos quedaría fuera, pero que se resuelve fácilmente uniéndolo con El Médano.

Si cada vehículo de Titsa que sale desde la estación de Santa Cruz cada día, con destinos diferentes, se reorganizaran, se necesitarían menos vehículos para cubrir una frecuencia de salida también aceptable, a modo de guaguas lanzaderas por el eje sur de la isla con paradas en cada nexo de unión con otro sistema más pequeño intermunicipal, que se adapte a este nuevo concepto de movilidad sostenible.

Nosotros creemos que es posible planificar la movilidad, y que además se debe empezar la casa por los cimientos, no por el tejado; que los nuevos avances en movilidad a nivel europeo permiten establecer y poner en práctica nuevas formas de movilidad, ya sean microbuses eléctricos, guaguas de última generación o cualquier vehículo dotado de cómodas prestaciones para el ciudadano más exigente.