Errare humanum est. PP y el puerto de Granadilla.
Una práctica aconsejable, en la vida personal y en la política, es no ver mala fe por todas partes. Reconocer que hay mucha gente que, aún con buenas intenciones, escoge opciones erradas. Ya lo dice el aforismo secular “Es de humanos equivocarse y de sabios reconocer su error”.
Esto, sin duda, es lo que le pasó al PP, cuando hacía sus estimaciones sobre la gente que apoya un proyecto de puerto en Granadilla. Por eso, con toda su mejor voluntad, la plana mayor del partido conservador lanzó, ya hace más de un año, su esforzada campaña de recogida de firmas, al grito ardoroso de “Porque somos más”.
Ahora, tantos meses después, las hojas de firmas no han sido presentadas por ninguna parte, porque, como era de esperar, el exiguo número de adhesiones da sonrojo. Aunque no lo creían, el PP se equivocó, de la misma manera que esas personas que van por ahí pregonando que el pueblo de Tenerife quiere un segundo puerto en Tenerife, un gran puerto en la mitad de la zona turística que nos da de comer. Un puerto que tantas argumentaciones técnicas demuestran que no podría funcionar. Porque la gente no ha caído en el error.
Los movimientos ciudadanos fueron capaces, sin medios, sin apoyo oficial, de recolectar las firmas certificadas de casi sesental mil ciuadadanos y ciudadanas pidiendo al Parlamento de Canarias que debatiera el problema que presentaba en la zona sureña. Por cierto que sus señorías, que se dicen representantes de este pueblo, no creyeron oportuno, ni siquiera, considerar el tema.
Sin embargo, un partido grande, poderoso, sobrado de recursos y de personal militante ansioso por hacer méritos, no ha podido obtener un número de firmas suficiente para presentarlo a la luz pública, defendiendo ese proyecto innecesario.
Por eso, como creemos que todo el mundo tiene derecho a equivocarse, pero no a empecinarse en el error, sabemos el PP demostrará su sabiduría y reconocerá su error. No eran más. Ni siquiera tantos como pensaban. Otra vez será.